Dal blog proletari comunisti
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“Quienes no han vinculado la opresión de las mujeres con la explotación
socio-económica, con la estructura política y con el imperialismo, han
propuesto soluciones dentro del mismo sistema imperialista. Estas
soluciones han beneficiado a un sector de mujeres de la clase media y
han dejado a la inmensa mayoría de las mujeres muy lejos de cualquier
posibilidad de liberación. La lucha por la liberación de las mujeres no
se puede emprender al margen de la lucha por acabar con el capitalismo
imperialista”
Anuradha Gandhi. Partido Comunista de la India (Maoísta).
¿Qué es el feminismo proletario?
Es la concepción feminista proletaria de la liberación de género.
La liberación de género concierne a todas las personas que se sienten
mujeres y por lo tanto están sujetas a la opresión patriarcal.
La lucha contra el patriarcado no es un problema que ataña solo a las
mujeres ni tampoco es un problema sexual o de género. El sexo tampoco es
independiente de la construcción social y cultural.
El Feminismo proletario es algo más que la suma de
feminismo y proletariado. Es el desarrollo teórico y práctico de la
lucha contra el patriarcado desde la perspectiva del proletariado y
desde la perspectiva de la política comunista revolucionaria.
LÍNEAS DE FUERZA DEL FEMINISMO PROLETARIO
Partiendo del materialismo histórico y del marco de análisis del
materialismo dialéctico, critica al feminismo marxista como tendencia
filosófica que se construye a partir de los mismos planteamientos. La
principal diferencia está en la forma de abordar la práctica
emancipadora y en que el Feminismo proletario niega que haya un elemento
común a todas las mujeres independientemente de su clase, nacionalidad,
raza, etc. El Feminismo Proletario mantiene la centralidad de la lucha
de clases para la destrucción del patriarcado.
La opresión patriarcal forma parte de la opresión de clase. No es una
forma separada o diferente de opresión y hunde sus raíces en la sociedad
de clases como un hecho materialista histórico. Ni nació con el
capitalismo como modo de producción, ni tampoco es meramente un vestigio
residual del feudalismo. Es una parte intrínseca de cualquier sociedad
de clases, más allá del modo de producción.
De esta forma sólo el comunismo puede destruir el patriarcado de una vez por todas.
Cualquier intento de separar el patriarcado de la sociedad de clases en
su conjunto, conduce – en última instancia – a callejones sin salida
estratégicos para el feminismo.
Rechaza el determinismo biológico en la definición de los roles de
sexo/género. Niega las diferencias del sexo/género como hecho biológico.
No hay un cerebro masculino o femenino, pero sí hay una existencia
social femenina o masculina, ya sea obligada o como resultado de la
identidad.
Parte de la comprensión del papel social y económico de la familia como
unidad económica. No plantea su abolición como un invento heterosexual,
sino transformar sus relaciones internas, así como su papel en la
sociedad. Enfatiza la centralidad del poder político y la transformación
completa de la sociedad y de sus relaciones económicas como instrumento
para transformar la familia, en lugar de privatizar las relaciones
familiares como una mera cuestión de voluntad individual. Esto implica
que no sitúa a la familia como primera trinchera de combate contra el
patriarcado. La trinchera principal de combate es la sociedad en
general. Esto no significa que la familia sea inmune; las familias son
parte de la sociedad en general y por lo tanto forman parte de la amplia
lucha social contra el patriarcado.
Esto supone que el rol especial conferido por algunas tendencias
feministas a la familia, más allá de su papel como unidad de producción y
reproducción, es incorrecto.
Se puede abolir la familia, pero mientras exista la sociedad de clases,
existirá el patriarcado y se acabará por encontrar alguna otra manera de
organizar la producción y la reproducción que conllevará opresión de
género y dominación patriarcal.
El hecho de poner el foco central sobre la familia que caracteriza a
muchas tendencias feministas, sobre todo cuando este foco ignora al
resto de la estructura social, es cuestionado frontalmente por la lucha
social proletaria.
Los hombres en general no son los enemigos. Los enemigos son el
patriarcado como parte consustancial de la sociedad de clases y el
capitalismo imperialista. De la misma forma, las mujeres no son el
sujeto revolucionario. Muchas mujeres son defensoras de la sociedad de
clases y por lo tanto están en el campo reaccionario, incluso aunque
ellas dicen que buscan la liberación de las mujeres.
El feminismo proletario afirma la necesidad de un enfoque integral: la
movilización masiva de la sociedad en su conjunto y la de las masas
proletarias es específicamente el método adecuado de lucha por la
liberación. Este planteamiento se opone a la compartimentación, a los
pequeños grupos, a poner el énfasis en los “espacios seguros” que
defienden otras tendencias. Así mismo rechaza los marcos teóricos que
tales tendencias representan. Aunque no es hostil a los marcos
sindicales, sí propugna la formación de cuadros políticos de carácter
feminista proletario dentro del movimiento popular , como ejercicio de
autodeterminación dentro del conjunto del movimiento proletario y
revolucionario.
El feminismo proletario se sitúa en el plano central anti-imperialista y
plantea un enfoque integral sobre el patriarcado, en lugar de centrarse
únicamente en las necesidades de las mujeres blancas y pudientes
euroamericanas. Esto incluye el debate sobre las consecuencias sobre la
sexualidad del turismo sexual, y la pornografía para las mujeres pobres,
no blancas y de las nacionalidades oprimidas, especialmente en las
colonias interiores, neocolonias, semicolonias y, en general, en el
mundo colonial.
También implica rechazar cualquier apoyo a la emancipación de las
mujeres que contribuya a reforzar el saqueo imperialista, como por
ejemplo la reivindicación que algunas feministas hacen de la igualdad de
oportunidades para las mujeres en las fuerzas armadas imperialistas. El
único ejército que lucha por la igualdad de género es el Ejército del
Pueblo.
El feminismo proletario reivindica la necesidad de la organización
revolucionaria y la actividad política entre las masas. Rechaza las
organizaciones reformistas y las basadas en la afinidad que creen que la
jerarquía organizativa es inherente al patriarcado, masculina y, de
alguna manera, ajena a las mujeres y por lo tanto opuesta al feminismo.
Un partido revolucionario que tiene como dirigentes y como cuadros a
personas de cualquier género, no solamente es necesario, sino que es el
eje central del feminismo proletario. Ese Partido, que impulsa un
Ejército del Pueblo en el que se lucha contra el patriarcado a todos los
niveles, en el cual actúan las mujeres como líderes y soldados es
también central para el feminismo proletario.
El feminismo proletario defiende todos los métodos de lucha, violentos y
no violentos, en el avance de la lucha contra el patriarcado desde una
perspectiva revolucionaria y proletaria. Esto implica rechazar todos los
argumentos que identifican la violencia patriarcal como determinación
biológica. Supone reconocer la capacidad de las mujeres para ser tan
implacables como los hombres cuando se trata de ser opresoras.
El hecho de que los hombres dominen la sociedad no es fruto de sus
capacidades biológicas o de la naturaleza intrínseca de las mujeres. Los
argumentos de la cultura feminista que sostienen que las mujeres son
menos violentas que los hombres, o más amables, están de hecho basados
en ideas patriarcales sobre los roles de sexo/género que refuerzan los
argumentos machistas sobre la incapacidad de las mujeres frente a los
hombres.
Es preciso basarse en el materialismo histórico y asimilar las
experiencias de lucha contra el patriarcado y la opresión de las mujeres
en los movimientos socialistas y en las revoluciones socialistas de
Rusia, China y otras, así como las existentes dentro de los movimientos
que ejercen el poder dual hoy. Esto implica oponerse al rechazo por
parte de muchas feministas de las contribuciones proletarias y
socialistas al feminismo, ya sea como producto de la propaganda
anticomunista o por negación sectaria. Un ejemplo muy relevante de esta
negación por parte del feminismo burgués es la eliminación de las
mujeres proletarias del día de la mujer trabajadora, convirtiendo el 8
de marzo en día internacional de la mujer. Otro ejemplo es ignorar la
existencia de prácticas y reglas avanzadas en los ejércitos populares,
como el Nuevo Ejército del Pueblo que reconoce desde 1990 el matrimonio
entre personas de cualquier género.
Es preciso luchar contra formas de feminismo “cultural”, “radical”,
“liberal”, etc, así como contra la influencia que han tenido estos
marcos en el feminismo proletario.
En resumen:
Rechazo del capitalismo y de la sociedad de clases, rechazo de los
feminismos burgueses – que sólo gestionan la opresión – y del
esencialismo biológico como instrumento ideológico para quebrantar la
necesaria solidaridad de las personas como personas.
La guerra popular prolongada es necesaria para que el proletariado tome el poder y abolir por completo el patriarcado.
El feminismo proletario responde al fuego del patriarcado con el agua de
la revolución socialista y a la paz de los cementerios del feminismo
burgués con el poder de la dictadura del proletariado.
31 de marzo de 2016
1 Este texto incluye la traducción de amplios pasajes del texto completo que se encontraba en http://maosoleum.ncp.lc/2015/03/08/what-is-proletarian-feminism hoy desafortunadamente desaparecido.
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