In Cile le donne in prima linea, mentre la lotta generale continua in diverse forme
Chile. Las mujeres de la primera línea de combate no dan tregua a la violencia de los carabineros
sotto video sulla Lotta Generale che continua
Dicen que es la manera para
“hacerse escuchar” y de “proteger a los que luchan”. Son estudiantes,
jóvenes, profesionales que llevan semanas manifestándose y que
comentaron a El Desconcierto sus razones para estar en la “primera
línea”: que el gobierno haga cambios estructurales que terminen con la
desigualdad.
La marcha convocada este lunes por organizaciones feministas Contra
la Violencia Hacia las Mujeres fue dispersada por Carabineros en varios
puntos del recorrido que estaba trazado. El punto inicial se fijó en
Plaza Italia, hoy denominada Plaza de La Dignidad. Sin embargo, se
instalaron vallas papales antes de llegar a La Moneda, impidiendo el
paso de las manifestantes hasta el punto de cierre, en Los Héroes.
También, frente al Centro Cultural GAM había gran contingente policial
que lanzó lacrimógenas y gas pimienta. Pero nada de eso evitó que la
protesta siguiera adelante. “Nos matan y nos violan. No más impunidad”;
“Piñera, tu agenda policial viola, tortura y mata”; “A tu violencia,
respondemos con resistencia”, se leía en las pancartas que coparon las
calles.
En medio de esto, entrevistamos a varias mujeres
que se encontraban en la llamada “primera línea”. Mientras picaban
parte del cemento de la vereda para luego tirar piedras, entregaron sus
distintas impresiones sobre lo que significa para ellas estar en esta
posición que ven de combate, de autodefensa. Algunas se protegían con escudos y latones para evitar que les llegaran balines o perdigones.
Esto, porque, pese a que suspendieron su uso, se sigue permitiendo en
casos “excepcionales” y autoridades sanitarias han reconocido casos de
personas baleadas posterior a esta orden de Carabineros.
Las jóvenes pidieron total reserva de identidad al entregar sus
testimonios. Una de ellas, de hecho, comentó que era asistente social,
que trabajaba en Gendarmería y que todos los días veía las precarias
condiciones de las personas privadas de libertad. La razón para estar
ahí, dijo, era terminar con esa desigualdad cotidiana que observaba.
Todas llevan semanas manifestándose y aseguraron que este lunes, en
una protesta contra todas las violencias, con mayor razón tomarían esta
posición. Así lo comentó una estudiante de odontología de la Universidad
de Los Andes, de 23 años. “Estar acá es ser parte del pueblo y de apoyar a la gente, de cubrirla. No somos delincuentes.
Yo soy mamá, tengo un hijo de 4 años. Pero vengo igual, sabiendo que
puedo volver sin un ojo. Sigo dándole duro porque aquí no se trata de
que los hombres saquen la cara por nosotras”, expresó. Hace unos días le
llegó un perdigón en la pierna y dijo que carabineros la ha golpeado,
que la han arrastrado por el piso. Aun así, picó piedras y se fue a
posicionar con su escudo que decía: “Las balas que nos tiraron van a
volver”.
La esquina de la Alameda, a la altura de la calle Ramón Corvalán,
también ha sido un punto donde se instalan las y los manifestantes en
“primera línea”. Una joven encapuchada de San Bernardo, de 24 años, está
con su hermano que devuelve las lacrimógenas que lanzan, desde unos
metros más allá, los carabineros.
Al preguntarle la razón de estar ahí, responde: “Tuve a mi hijo a los
16 años. Nunca le ha faltado nada. Pero en este país es difícil todo.
La gente alega y dice que esto es delincuencia. Pero estamos aquí para
que se termine esto desde sus orígenes, para que no haya más
niños que tengan que entrar al Sename, por un sueldo más digno, para que
la gente tenga mejores condiciones para criar a sus hijos. Al final, la delincuencia la generan los propios gobiernos”, relata.
“Aquí el trabajo es cooperativo”, dicen dos mujeres donde están
sacando piedras. Más allá, aunque no están con escudos, pero sí con
máscaras y lentes, tres estudiantes de El Bosque dicen que “es
importante que estén las mujeres aquí, dando cara, para que no se siga
reprimiendo. Menos al género femenino”. Una de ellas muestra su pierna
porque le había llegado directamente una lacrimógena. Dos de ellas
estudian psicología en la Universidad Autónoma.
Hay mujeres que prefieren no entregar su testimonio. Pero hacen una
descripción rápida, sobre todo, enfatizando en lo “adrenalínico” y en
que “hay que estar preparada para todo”. Una joven de 19 años, de la
zona norte de Santiago, cree que es una manera de “proteger a los que luchan”. “El Estado es sinvergüenza (…) Ha sido brígido igual; hay que tener precauciones y saber sus posiciones. Si vai a tirar piedras la primera vez, bueno, ahí vai aprendiendo todo no más”, comenta.
Y a esto agrega: “Dicen que la violencia no se responde con más
violencia, pero, lamentablemente, en esta situación es lo que hay que
hacer porque es la única manera con la que nos pueden escuchar”, enfatiza.
Durante los pocos minutos en los que se pudo hablar con ellas, todas
plantearon que esta es una manera de resistir en colectivo, para buscar
cambios de fondo que terminen con la profunda desigualdad del país.
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